Los satélites de Júpiter descubiertos hasto le da el séquito de lunas con órbitas "razonablemente seguras" más grande de todos los planetas del Sistema Solar.2 Las más grandes de ellas, los cuatro satélites galileanos, fueron descubiertos en 1610 por Galileo Galilei y fueron los primeros objetos encontrados en orbitar un cuerpo diferente a la Tierra o al Sol. A partir de finales del siglo XIX,
decenas de lunas jovianas mucho más pequeñas se han ido descubriendo y
han recibido los nombres de las amantes, conquistas e hijas del dios romano Júpiter o su predecesor griego, Zeus.
Las lunas galileanas son por mucho los objetos más grandes en órbita
alrededor de Júpiter, cuando las restantes 63 y los anillos comprenden
sólo el 0,003 por ciento de la masa orbital total.
Ocho de las lunas de Júpiter son satélites regulares con órbitas directas y casi circulares que no están muy inclinadas con respecto al plano ecuatorial del planeta. Los satélites galileanos son de forma elipsoidal debido a que tienen masa planetaria, por lo que serían considerados planetas enanos si estuvieran en órbita directa alrededor del Sol.
Los otros cuatro satélites regulares son mucho más pequeños y están
más cerca de Júpiter; estos sirven como fuentes de polvo que componen
los anillos de Júpiter.
El resto de los satélites de Júpiter son satélites irregulares,
cuyas órbitas directas y retrógradas están mucho más lejos del planeta y
tienen altas inclinaciones y excentricidades. Estas lunas fueron
probablemente capturadas por Júpiter de órbitas solares. Hay 16
satélites irregulares recientemente descubiertos que aún no han sido
nombrados.
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